Ahora que ya sabemos los esfuerzos que hay que invertir para tener una página web profesional, vamos a tratar de concretar qué aspectos cualitativos debe tener nuestra página web y nuestro proveedor.
Hablando calidades se nos plantean dos grandes conceptos:
- La calidad es la capacidad de poder ofrecer un producto o servicio tal y como se publicita.
- La calidad es la diferencia entre un producto y otro del mismo tipo.
No es tan sencillo ya que para cuantificar éstas calidades hay que tener en cuenta varios aspectos determinantes como la duración, la rentabilidad, la eficacia, la usabilidad, la sencillez, etc. sin olvidarnos que todo tiene un coste, tanto en producción y tiempo como económico.
En términos de empresa y negocios, suele ser peligroso el “bueno, bonito y barato”, lo que está en juego es nuestra imagen y hablando de internet, nuestra empresa sólo tendrá una única oportunidad, por eso, queremos ayudarte a que esa oportunidad la pueda aprovechar tu empresa.
¿Qué tiene que tener realmente un producto de calidad? Vamos a verlo.
1. Buen aspecto.
La primera impresión es la que suele contar, nos guste o no.
Siempre que compramos, comida, ropa, una página web, etc. queremos que tenga un buen aspecto, como se suele decir, “tiene que entrar por la vista”.
2. Funcionalidad.
Una página web bonita no es suficiente, debe estar bien adaptada a los diferentes dispositivos que hay en el mercado (smartphones, tablets, etc.), si no es así el producto estará limitado en calidad. No sirve de nada que sea bonito si no cumple su cometido.
3. Sencillez.
Tenemos que ser conscientes que nuestra página web tiene que ir enfocada a todos los públicos de internet, por lo que nuestro sitio web tiene que ser accesible, intuitivo y sencillo de utilizar. No podemos presuponer que nuestro público objetivo sea un experto en internet.
4. Durabilidad.
Por supuesto que los puntos anteriores son importantes pero éste es vital ya que si este concepto falla, no servirá para nada. Debemos plantearnos la siguiente cuestión, ¿para qué quiero una página web “bonita”, que cumpla su cometido y que sea sencilla si se me rompe a los 4 días?
Por consiguiente, lo que tiene un ciclo vida por debajo de lo estimado es que no es de buena calidad.
5. Garantía.
De forma directa no es una cualidad del producto, es más bien es de la empresa que nos lo proporciona, pero no olvidemos que indirectamente forma parte de la calidad.
En caso de que una página web se estropee con el paso del tiempo, es decir, falla el punto 4, tiene que haber una responsabilidad por parte de la empresa para que pueda actualizar la página web. Si no es así, ese producto no es de calidad.
6. Servicio técnico.
Éste punto también hace referencia a la empresa proveedora de la página web ya que no son funcionalidades propias del producto pero si competencia de quien lo ofrece.
Evidentemente, todos somos personas y como tales, nos podemos equivocar. Imaginaros que un administrador de la página web “toca un botón y desconfigura un apartado”, nos preguntaremos, ¿Qué hago ahora?
Si no tengo un responsable o un servicio postventa que me asesore o me busque una solución, el producto, en este caso la página web, no es de calidad.
7. Precio ajustado.
No nos engañemos, es una verdad absoluta en todos los sectores, no solo en el sector del diseño de páginas web. Si pagamos muy poco por un producto o servicio, a la larga vendrán las sorpresas y descubriremos el por qué.
Como habréis podido observar, esto es aplicable a cualquier tipo de sector.
Nuestra recomendación es confiar en profesionales de cada sector. Por ejemplo, no somos constructores, hacemos páginas web para promotoras.
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